Llegas mañana te acomodas en mi aliento te abres paso en mis costillas me miras desde el reverso del espejo te hago un espacio en mi lecho sonríes por mi urgencia de hoy y te desnudas a distancia.
La línea recta que soy se llena de viento. Mis fantasmas cambiaron de residencia. Hoy decido mi destino. Quiero una mujer fértil Una que pueda leer en mi corazón la intimidad del fuego. Una que me abrace y sienta que adentro en lo que se sospecha hay una casa con jardín una cena para dos y la posibilidad en un semillero. Hoy decido que soy un hombre uno que ha pintado su aliento de amarillo para que me veas llegar en varias direcciones. Uno que aprende de la tierra el silencio y las faces de la luna. Uno que cuando abraza se sabe bolero y poema. Uno que se ajusta el suspiro en el cuello para otorgar perfumes y sonidos insospechados.