Tengo senos incrustrados en el alma
y lo terrible, no quiero sacarlos.
salto de ereccion en ereccion como un grillo por el cesped.
Una aventura de insectos, eso es el amor.
sábado, 27 de noviembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
Fantasmicia II
A kilómetros eras hermosa
de cerca bella
de cada fin de semana pispa
y ahora
te veo
y no sé donde estás.
de cerca bella
de cada fin de semana pispa
y ahora
te veo
y no sé donde estás.
lunes, 15 de noviembre de 2010
De vos a olvido
Irreductibles
estas ganas de vos
Demuestra
por favor
que estás hecha
para el olvido
De lo contrario
no sabría qué hacer
estas ganas de vos
Demuestra
por favor
que estás hecha
para el olvido
De lo contrario
no sabría qué hacer
jueves, 11 de noviembre de 2010
No es nada de tus labios
No es nada de tus labios
ni el color, el brillo, la sensualidad que hay en ellos.
Ni el beso que vive en tu boca
y espera paciente que lo visiten.
No es que me disgusten tus labios
o los encuentre extraños.
Es solo que en ellos
el beso se esconde en el beso
y deja una humedad sin pasado.
ni el color, el brillo, la sensualidad que hay en ellos.
Ni el beso que vive en tu boca
y espera paciente que lo visiten.
No es que me disgusten tus labios
o los encuentre extraños.
Es solo que en ellos
el beso se esconde en el beso
y deja una humedad sin pasado.
lunes, 8 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
Te odio
Te odio porque te olvido,
porque partí sin conocer Buenos Aires,
la ciudad de los paraguas, de los espejos, del gris, del esmoquin,
de las seis de la tarde, de los segundos, de las tardes de lluvia,
de los bandoneones en la estación del tren,
de los olvidos programados, de los amores de esquina,
de los asados en serie, de los vinos añejos.
La ciudad de los pulmones negros,
de las indiferencias en registro de hostal,
de las noches de bohemia y mujeres histéricas.
La ciudad de los tangos, de las llanuras sin ocaso,
del mate, de la carne y presagios de loquero.
Te odio porque partí lleno de impresiones,
confundido,
y con un insoportable olor a pollo mojado.
porque partí sin conocer Buenos Aires,
la ciudad de los paraguas, de los espejos, del gris, del esmoquin,
de las seis de la tarde, de los segundos, de las tardes de lluvia,
de los bandoneones en la estación del tren,
de los olvidos programados, de los amores de esquina,
de los asados en serie, de los vinos añejos.
La ciudad de los pulmones negros,
de las indiferencias en registro de hostal,
de las noches de bohemia y mujeres histéricas.
La ciudad de los tangos, de las llanuras sin ocaso,
del mate, de la carne y presagios de loquero.
Te odio porque partí lleno de impresiones,
confundido,
y con un insoportable olor a pollo mojado.
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