Llevo una mujer por dentro.
Crece poco a poco.
Converso con ella sobre el arroz con leche
y la sopa de fideos.
Ella es delgada y mayor.
Tiene un hijo
y lucha por ser mujer más que mamá.
Ella me mira como conversa.
Cada parpadeo una palabrita,
una insinuación,
un querer meterse en mi boca y ojos,
una penetración disimulada.
Quiero no enemorarme.
Pero esta mujer me crece,
se convierte en paisaje,
en árbol con nidos de tórtola,
en lago derramándose,
en poema aleteando en el fimamento.
¡Ah, me crece una mujer
y no sé como decirle que la deseo!
1 comentario:
Es rico cuando a alguien crece en tu interior, lo malo es cuando te gobierna.
Isobel
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